Cuando veo películas soy Illaricera. Para mi papá soy Illa (a veces para otros chicos también, pero sólo a veces). Mi mamama me dice Illarica. Cuando trabajo y estoy afanada, soy Illarísima. Hasta Jilari en algunas ocasiones. Claro, a veces también me toca ser Illaricienta, pero no me quejo. Hay días en que me levanto y sólo tengo ganas de ser I. Y otras veces, sobre todo los domingos por la mañana, no puedo evitar ser Collari.