miércoles, 23 de junio de 2010

ella desea

nos encontramos de casualidad, haciendo cola para comprar entradas para un espectáculo. nos miramos y ella me iluminó con su sonrisota, como pasa cuando está de buen humor. "te iba a llamar para venir juntas", me dijo. "pero no sé por qué no lo hice".

ambas acompañábamos a otra gente en la cola. precavidas ambas, habíamos llegado más temprano y comprado nuestras entradas con anticipación. conversamos buen rato acompañando a nuestros amigos, hablando de la última vez que nos habíamos encontrado, hueveando.

"dónde te sientas?", me dijo, mientras caminábamos hacia el ingreso del teatro. saqué mi entrada y revisé. "11K", le dije, y seguimos caminando. subimos las escalinatas y buscamos nuestros sitios. habíamos coincidido y ambas nos ubicábamos en la misma columna, junto al pasillo, yo arriba de ella. nos sentamos y volteó a mirarme, otra vez con su sonrisota, y me dijo "si lo hubiera planificado, no me hubiera salido mejor. quería verte y venir contigo a ver esto y aquí estamos". "esto comprueba el poder del deseo", sentenció.

me pareció graciosa su afirmación tan contundente y le empecé a contar que hace un par de años mi madre llegó a casa agitando un libro en la mano (algo sobre el poder psicotrónico), tratando de convencerme de que lo lea, de que funcionaba y... ella me interrumpió y me dijo "ay illa, pero eso yo lo descubrí hace tiempo". y luego pasó a contar la siguiente historia: "cuando tenía 12 años había un chico del colegio que me gustaba mucho, mucho, mucho. me la pasé todo el día pensando en él, en que quería verlo. fui por la tarde al cine con mi hermano y cuando se terminó la película y se encendieron las luces, él estaba ahí, un par de filas delante mío. y lo ví.".

me reí, creo que porque no sabía como más responderle y le dije que yo a los 12 lo único que había aprendido era a enfermarme cada vez que quería. "ay illa, pero eso no es lo mismo", me dijo, y se rió conmigo.

sí pues. ella deseaba cosas más interesantes.


sábado, 12 de junio de 2010

del cuadernito


sospecho
que en estos días
mi más profundo deseo
es que me llames
y me digas
que tienes ganas
de escuchar conmigo
canciones interminables