
nos encontrábamos en medio de un desierto:
tu caminabas
acompañado de un maravilloso
perro calato.
ambos caminaban seguros por en medio del inmenso arenal.
parecían tener en la mirada la seguridad de cuál era su destino.
sonreían.
yo los reconocí y los llamé de lejos.
aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh.
volteaste.
te sacaste los lentes de sol
(también tenías una vincha)
te pusiste la mano derecha como vicera
(con la otra acariciabas a manuel -así se llamaba el perro calato-)
y arrugaste los ojos.
me miraste.
saludaste desde lejos.
y empezaste a correr.
hacia adelante.
hacia mi.