viernes, 17 de agosto de 2007

Mis amigos los artistas

Hace algunas semanas, mi mamá me despertó bastante temprano para leerme un párrafo de su libro de cabecera por excelencia de estos últimos años, The Artist Way. Para ser totalmente sinceros, a mi el librito no me parece más que otro libro de autoayuda de los miles que han inundado el mercado editorial en los últimos años, pero mi mamá insiste en convencerme sobre su validez como guía metodológica para trabajar sobre (o con) el proceso creativo de uno mismo, de la gente. En fin.

Bueno, el punto es que estaba emocionada porque ME había encontrado en su libro. Según ella, yo era un shadow artist (creo que la traducción correcta sería “artista en la sombra”). El libro describía a este tipo de personas como artistas que no sabían que lo eran o que, en todo caso, aún no habían descubierto que lo eran. Decía también que solían rodearse de artistas todo el tiempo, los hacían parte de su círculo de amigos (creo que hasta mencionaba la posibilidad de matriomonio, por Dios!) y que usualmente solían convertirse en managers o productores de artistas, rasgo claro de sus ganas de proyectar su deseo de creación. Esa eres tu Illari, esa eres tu!, chillaba mi mamá contenta por su descubrimiento, a muy temprana hora para mi gusto. Me reí, le sonreí, me di una vuelta sobre mi almohada y traté de volver a mi sueño. Pero fue imposible.

La idea ha quedado dando vueltas en mi cabeza hasta estos días, así que hoy he decido hablar de mis amigos los artistas.

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Lorena y Cuídate de la AUTO-destrucción



A inicios de este año fui invitada por Lorena Peña, pujante actriz y próxima cantante, al Laboratorio Experimental con el que quería empezar el trabajo de su Proyecto Final, “Cuídate de la AUTO-destrucción”. Desde que me comentó la temática sobre la que trataría, sabía que se vendría una chamba fuerte, por lo intensa emocionalmente que sería. Lorena está trabajando sobre el accidente automovilístico que sufrió hace algunos años y que nos dejó muy conmocionados a todos. Luego de un largo proceso de recuperación, que implicó varias operaciones y una rehabilitación que significó volver a aprender a caminar, creo que Lorena no es capaz de imaginarse su vida como artista sin dejar de hablar de esa etapa de su vida.

Era la única no escénica/no bailarina a la que Lorena había convocado y al principio pensé que era para que la apoye en la chamba de producción. Recuerdo que llegué tarde a la primera reunión en el Galpón (Estudio/taller de varios buenos amigos en el inolvidable Pueblo Libre). Ese día había logrado que por fin Toni me pagará una apuesta que me debía hace tiempo, así que no sólo llegaba tarde sino con la panza llena y encima, vestida no apropiadamente: unos jeans y unas chancletas (era verano todavía) revelaban mi usual trapera desfachatez. Luego de un rato de conversa sobre nuestras expectativas con el taller y otras cosas más, Lorena nos miró a los ojos y dijo: “bueno empecemos a trabajar”. Todos se sacaron los zapatos y yo, para no sentirme desubicada, los seguí. Quince minutos más tarde, con el jean remangado y ya sin chancletas, me vi corriendo y saltando por todo el Galpón, haciendo ejercicios de presencia, equilibrio y movimiento. Y divirtiéndome a más no poder.

No asistí tanto al Laboratorio como me hubiera gustado. Luego, dejé de ir. Las clases, las chambas y también los desganos, hicieron que poco a poco fuera desapareciendo, sin siquiera una explicación a Lorena de por medio. Meses después de mi abandono, una noche de juerga y chelas como esas que tenemos a veces, me senté a conversar con Lorena y le pedí disculpas por mi inconstancia. Lo me soltó una de sus enormes sonrisas como única respuesta, y dimos por concluido el asunto.

Pero la semana pasada nos vimos de nuevo, para disfrutar de placeres más mundanos, y Lo volvió a sorprenderme con una propuesta. Me pidió que la ayudara en la perfo que montará este sábado, junto a otras performeras más (Sara Paredes, Diana Collazos, Tatiana Fuentes, Liliana Albornoz y Amapola Prada), para la gente del Instituto Hemisférico de la NYU, que como todos los años, ha venido a recibir un taller de un mes con el Grupo Cultural Yuyachkani (qué maestros!). Si bien el Proyecto de Lorena todavía está en su etapa de creación, esta experiencia le servirá para confrontar con el público parte del material avanzado. Y, según lo poco que me ha explicado, esta vez tendrá a cuatro enfermeros/ayudantes en escena. Ahora quiero que actúes, sentenció. Y, por supuesto, no dudé en decirle que sí.

El otro Jorge



Anteayer, día de temblores, acompañé por segunda vez a mi buen amigo Jorge Ochoa en sus incursiones callejeras. Jorge, vecino surcano, pero también fotógrafo profesional, se encuentra trabajando una serie de retratos bastante peculiar, que giran en torno a la otredad. Me lanzaría con todo el rollo teórico sobre sus fotos, pero creo que va a ser demasiado adelanto. Mejor esperen a verla cuando esté terminada. Pero bueno, el punto es que anteayer lo acompañé de nuevo. Esta vez el equipo de asistentes-ayudantes-técnicos-amigos era más grande. Éramos cuatro en total y caminábamos llamativa y aparatosamente: trípode, cámara de video, cámara de fotos y demás enseres, nos hacían un punto fácil de visión entre la gente.

Nos demoramos alrededor de cuatro horas en tomar seis fotos y en grabar tres videos. Para no llamar tanto la atención, decidí sentarme en un café mientras se grababa el primer video. El Pastipan de El Trigal me ofrecía una deliciosa variedad de postres con los que entretener mi tiempo (20 puntos con la torta de chocolate y la empanada de lomo), y además, un espacio adecuado en el que colocar todos los materiales que en ese momento no se estaban utilizando, así que hacia ahí me dirigí.

Para el segundo video nos fuimos hacia el Óvalo Higuereta, donde busqué un nuevo lugar para pasar desapercibida, y me fui a ver ropa (Talía, ya desapareció la tienda de polos lindos y baratos… y ahora que haremos?!). Sin embargo, esta vez volví rápidamente –no tenía plata, y la verdad, es que la ropa no estaba muy bonita–, y me coloqué junto con los demás. Jorge me había estado escrutando con los ojos y luego se acercó a comentarme que me sentía aburrida, y la verdad, su comentario me descuadró un poco. Más equivocado no podía estar. No hay nada más reconfortante que saberte entre gente que te quiere bien y que está dispuesta a ayudarte en tus proyectos personales. Y no hay nada más energizante que sentirte parte de eso. Así que aquí me tienes, esperando ansiosa la siguiente convocatoria.

Tatiana y Mejorándola raza



Mi historia con Tatiana, la perfomera radical por excelencia, es un poco más antigua. Trabajamos juntas en junio del año 2006. Ella estaba llevando Proyecto y necesitaba apoyo en la producción. Cuando recién me habló de sus ideas, todavía estaban en proceso. Ella misma no sabía bien qué dirección iba a tomar todo. Pero Tati tiene su propio vuelo. Y así, con todo su punche, fue que salió mejorandola raza y cuatro lindas funciones en la casa TUPAC.

La temporada de espectáculo es la que más me emociona. Los nervios de la gente, sus cuestionamientos constantes, su exigencia personal para que las cosas salgan bien hechas. Pero también me alimenta su energía. Es riquísimo. Siempre sentí que haciendo producción podía (hasta tenía el derecho un poquito) adueñarme de los trabajos de los demás y sentirlos en parte míos. Lo mejor de esa chamba fueron los lindos amigos que se hicieron y la maravillosa relación que tengo con Tatiana ahora.

Meses después nos ofrecieron llevar el espectáculo a la Casa Yuyachkani y ahí también tuvimos una experiencia reconfortante. Tanto, que ahora mi linda Tat, se está yendo dos meses de viaje a España y tendrá la oportunidad de presentar su trabajo allá. Y yo siento que me iré un poquito con ella.

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¿Qué hubiera sido de mi vida estos 24 meses sin mis amigos invitándome a ser parte de sus proyectos, de sus vidas? La verdad es que no lo sé. Pero hay algo de lo que sí estoy segura. Durante este tiempo, he tenido el placer de conocerme a mi misma de manera distinta: más entregada, más vulnerable, más mandada, más feliz. Y todos ustedes son los culpables. Sí pues, así me quieren mis amigos artistas. Y así yo los quiero a ellos.

No puedo faltar a la verdad y debo reconocer que tendría que mencionar a varios amigos más en este pequeño sumario. Pero como sé que esto continuará por mucho tiempo, ya habrá momento de hablar de cada historia, de cada proyecto, de cada celebración. Y de todo lo vivido en medio. Así que, adelante, a seguir viviendo.

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